Silveri Garrell (blogger)
Yo mismo en algunas épocas he ayudado a los sacerdotes a repartir la Comunión y puedo hablar por experiéncia própia. En el sistema de dar la Comunión en la boca, algunas veces sin querer accidentalmente se hace pequeño contacto con la mano en la boca de algún comulgante y por esto luego se puede propagar algun virus de boca a mano y luego de mano a boca, se tendría que lavar las manos el que reparte la Comunión cada vez que hay contacto accidental con alguna boca. En todo caso este contacto de la mano con la boca se podría evitar repartiendo la comunión en "cámara lenta" muy lentamente con mucha precisión y con una destreza manual milimétrica que resulta imposible y utópico si se pretende no fallar nunca. Las gentes se acercan en fila y hay que dar la Forma no con prisas pero tampoco mirando con lupa para no tocar lenguas. La distància entre mano y boca al depositar la hostia en la lengua es como máximo de 2 centímetros que a veces se acortan por imprecisiones de movimiento del comulgante o falta de acierto del repartidor. Se requiere mucha "punteria" y si a un repartidor le tiembla la mano no sirve para darla en la boca, y con lo viejos que son los curas a la mayoría ya les tiemblan las manos. Este es el problema de dar la Forma en la boca: distancia milimétrica entre la mano y la boca que accidentalmente a veces falla.
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