26.9.05

Respuesta a Jaume Reixach -2

Vaticano Imágenes Google

(Mosén Jaume Reixach acostumbra a publicar un artículo a www.elpunt.com cada dos semanas y siempre arremete contra la Iglesia de la cual él es sacerdote. Pongo en negro las letras de Reixac y en rojo mis respuestas)

La mayoría de las críticas contra la jerarquía de la Iglesia son provocadas por la misma Iglesia (De ningún modo es verdad en cuanto a ser la mayoría, y más bien se entendería como una parte. Las críticas contra la Iglesia y la jerarquía salen sobretodo hoy de los grupos homosexualistas que usted tanto acostumbra a defender) porqué se empecina a imponer su magisterio a todos sin excepción, como si todos fueran creyentes o tuvieran obligación de serlo (Lo que no puede hacer la Iglesia es ofrecer un magisterio variado y adaptado a diferentes morales puesto que de moral solo hay una) compruebo con preocupación que algunos creyentes no dudan de manifestar su indignación cada vez que aparece un artículo –mayormente en la prensa diaria- en donde se critica-siempre puntualmente- determinadas manifestaciones del Papa o de la jerarquía católica (Entonces que se piensa usted?? que hemos de estarnos callados cuando algunos curas como usted atacan a la Iglesia, o tal vez los que tienen sus ideas son los únicos con permiso para escribir??.) solo hace falta ojear con regularidad la sección de cartas al director para constatar tres cosas muy reveladoras: 1-que los firmantes de las cartas siempre acostumbran a ser los mismos. (También los firmantes de artículos hechos por curas rebeldes sois siempre los mismos, el Reixac y el Romeu. Que más quiere??) 2-que los argumentos que esgrimen suelen ser muy conservadores y afines a la ideología de algunos sectores de la Iglesia suficientemente conocidos (Conservadores en no querer casar homosexuales, solo tocando este punto concreto, porqué ya vemos que este punto es la estrella de las discusiones) 3-que la suya indignación, o la forma de expresarla, no es la misma si el autor del artículo pertenece a la Iglesia o no pertenece–en el primer caso estos defensores esforzados de la Iglesia la buena voluntad de los cuales no pongo en duda-acostumbran a mostrarse escandalizados ¡¡como te atreves a criticar a la Iglesia??- (Nos creemos en el débito moral y muy cristiano de que con nuestras cartas hacemos un apostolado, y en este caso en contra de algunos curas como usted que quieren hundir a la Iglesia). en el segundo caso, en cambio, se limitan a descalificar al autor del artículo, -que derecho tienes a criticar a la Iglesia si no militas en élla??...a primera vista parecen argumentos de peso, pero en realidad hacen aguas por todos lados. (El que hace aguas por todos lados es usted que ya no sabe ni que escribir y solo se aprovecha del morbo para hacerse leer a Punt Diari). por eso quiero hablar, para aportar un poco de luz a este tema. (Más bien aporta oscuridad en lugar de luz) a los defensores a sobre todo límite de la Iglesia que cada vez ocupan más espacio en los diarios, como si estuviéramos delante de una santa cruzada a favor de una Iglesia perseguida (Tal vez no es la institución que más vale la pena defender de todas??) descalificar a alguien por su no pertenencia a la Iglesia, suena a sectarismo (No se descalifica a nadie por eso y usted se lo inventa para rellenar el artículo) es olvidar que en un sociedad democrática todo el mundo es libre de expresar su opinión, siempre que se haga con respeto (Y las hordas socialistas lo hacen con respeto??, y lo hicieron en los años treinta??) más que más si se trata de una institución tan influyente como la Iglesia, que a más de ser pública está abierta al dialogo –o no?- (Según usted no lo debe estar abierta al diálogo, y aquí usted se contradice) pero sobretodo es olvidar deliberadamente la cuestión de fondo: que la mayor parte de las críticas, y especialmente las más duras son provocadas por la misma Iglesia (Porque el mensaje evangélico es provocativo en cuanto a sus radicalidades i por esto provoca críticas. En cuanto a las criticas provocadas por la misma Iglesia ya le contesto al principio del escrito) se empecina hasta y todo en temas bien opinables, relacionados frecuentemente con la política (Temas nada opinables como llevar los homosexuales al altar o no llevarlos, otra cosa es la ley del celibato, que si, es opinable) con el consecuente peligro de caer en el partidismo (En el partidismo no tenemos otro remedio que caer, si queremos mantener convicciones profundas y decantarnos hacia un lado determinado, de lo contrario quedamos expuestos a navegar en medias tintas) si a todo esto juntamos la irreducible voluntad de influir en el gobierno del Estado, como en épocas pasadas (Aquí tenemos una de las partes más jugosas de la discusión: poder influir en el Gobierno. Es otra forma de Cristiandad política moderna que, no veo por mi parte más remedio si la Iglesia quiere influír en la sociedad. Es aquello de : o éllos o nosotros. El Poder, ciertamente lo quiere todo el mundo, y sin Poder los contrarios nos borrarían del mapa) o de oponerse a determinadas leyes que el parlamento legitima, como acaba de suceder hace poco… a nadie puede sorprender que algunas voces se muestren críticas contra la Iglesia… por magisterio excesivo en unos casos, y por intrusión política en otros… las críticas están justificadas (Este párrafo lo encuentro realmente ordinario por ser demasiado reiterativo, como si usted no supiera ya que escribir para rellenar el artículo) que los autores de estas criticas no pertenezcan a la Iglesia no quiere decir que no tengan razón… descalificarlos de entrada indica una estrechez de miras que vorea el sectarismo…cuando las críticas provienen de personas que pertenecen a la Iglesia, la reacción de sus esforzados defensores es otra… ya lo he dicho: además de indignados acostumbran a mostrarse escandalizados… no conciben que una persona de Iglesia, un teólogo, un cura, o un militante de base, critique algunos aspectos de la Iglesia o determinadas actitudes de la jerarquía y al mismo tiempo pretenda seguir trabajando en la Iglesia y mantener comunión con la jerarquía… no sería mejor que dejasen la Iglesia antes que mostrar públicamente sus desacuerdos??... según ellos, si… son incapaces de entender el pluralismo interno, incapaces de ver que la discrepancia no solo es legítima sino que, además, suele ser enriquecedora (La discrepancia es disgregadora cuando se ejerce en temas de moral y doctrinales, otra cosa es la discrepancia en temas disciplinarios o secundarios. Otra vez usted confunde los términos) confunden unidad con uniformidad….en sus esquemas la Iglesia es más divina que humana (Si no fuera más divina que humana ya no existiría, y de aquí le viene su supervivencia por los siglos) de acuerdo que a veces comete errores, dicen, pero nuestra obligación es taparlos, y la mejor manera es saber decir ‘amen’ a la jerarquía en cualquier ocasión.…aspiran a una Iglesia blindada, impermeable a las críticas externas y fortalecida por el consenso interno…porque la crítica, según estos esforzados defensores de la Iglesia, no es nunca constructiva. ¡que poca confianza en el Espíritu Santo, que guía a la Iglesia a través de sus hijos, y la enriquece con la diversidad de sus dones!... no será que estos esforzados defensores de la Iglesia que se escandalizan con tanta facilidad, confunden la Iglesia con una secta??... mi desacuerdo con ellos es total…. todos queremos lo mejor para la Iglesia, pero no creo que lo mejor sea ‘blindarla’ y convertirla en una secta de fanáticos, “la Iglesia siempre tiene la razón”, o una congregación de súbditos que hacen del ‘amen’ su principal virtud... la Iglesia no es la jerarquía… la Iglesia somos todos. “cuando entramos en la Iglesia –recordaba con marrullería el padre llanos- se nos pide que nos saquemos el sombrero, pero no, que nos cortemos la cabeza”. (Con esto tiene una parte de razón pero, aceptar las directrices doctrinales no equivale a cortarnos la cabeza, como tampoco lo es aceptar las leyes de Tráfico) la Iglesia si quiere ser evangelizadora, tiene que serlo dialogando (A pesar de todo, es la Iglesia la institución que ha civilizado más al Mundo y la que más ha dialogado. Usted la ataca injustamente poniendo como general lo que es anecdótico) la única manera de llegar a todo el mundo, pero nunca llegará a toda la humanidad si no acoge las críticas con espíritu abierto (Acoger las críticas no es lo mismo que acceder a ciertas demandas, y muchos como usted confunden intencionadamente las dos expresiones) tanto las de fuera como las de dentro, y las segundas aún más, sobretodo si nacen del amor al Evangelio y la lealtad a la Iglesia (Muy bien, critiquemos en contra del celibato obligatorio, en contra de la confesión frecuente, en contra de las riquezas ornamentales, en contra de los viajes del Papa, en contra de cosas similares, pero por favor, no metamos la pata criticando la doctrina vaticana que condena las prácticas del sexo ilícito, ya que forma parte de la moral más elemental. Al menos en este punto hemos de reconocer que la Iglesia tiene la razón, de lo contrario ya no sabríamos en que creer. O mejor dicho: podríamos creer en los clérigos catalanes como usted y mosén Romeu. La nueva saga de los infalibles, ciertamente.)------------------------------------------------------- Más de Jaume Reixach AQUÍ. 

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