Sobre el sistema que usan los directivos para reflotar las empresas y para auto-promocionarse ellos mismos.
Siempre me acuerdo de “El Principio de Períquemes”, una metáfora empresarial inventada por nuestro gran humorista Perich. Dice así: Todo empresario sumergido en un conflicto colectivo experimenta un empuje vertical hacia arriba igual al peso de los trabajadores despedidos.
---------------------------------------
---------------------------------------
Los que “mandan” son los que cobran el salario superior a los mismos políticos e incluso superior al Presidente del Gobierno. Son Botín y todos los demás grandes banqueros de España, por no decir también de los futbolistas de primera que se embolsan y su efecto sobre las masas es “disuasorio” de pensamientos revolucionarios y por consiguiente “gobiernan” entre comillas a la misma nacion. El sencillo barómetro para saber quienes mandan es el barómetro que mide el SUELDO.
----------------------------------------
----------------------------------------
El “dios” del Dinero y la idolatría mística del Deporte, van de pareja. Que un futbolista de primera gane mucho más que el mismísimo presidente del Gobierno de España, demuestra que el Fútbol Nacional mueve las masas para que estas masas no se desmadren para otros derroteros. Creo que quienes mandan más en España son los que ganan más dinero, futbolistas y banqueros, los primeros para distraer y los segundos para mover capital a su capricho político. Como en el escenario del mago la chica guapa distrae al publico para que este no pueda ver las trampas del ilusionista, esto es el Deporte.
-------------------------------------------
-------------------------------------------
Lo más natural que puede pasar en Egipto es que derroquen a Mubarak y en su lugar pongan otro militar, que hagan algunas reformas y listos. Luego ya todos contentos. Al fin y al cabo los militares son quienes ponen orden y esto solo se consigue con las armas. Veo muy difícil que en estos países algo cavernarios todavía se pueda alcanzar una democracia sin los militares en el Parlamento. El viejo sueño de Azaña desterrando a la diaspora a los militares presidenciables, en Egipto todavía es inviable.